"Cada vez que veo esos mensajes publicitarios que, subliminalmente, pretenden hacer marca blanca sinónimo de mala calidad siento que algo no va bien. O no se sabe bien qué son las marcas de distribuidor (me niego a llamarlas "marcas blancas") o tratan de engañar a los consumidores"
Desde hace ya mucho tiempo, las marcas de distribuidor compiten en nuestros análisis con las otras, las llamadas "marcas de confianza", en realidad, marcas de fabricante. Y los resultados están a la vista. No sólo no salen mal sino que muy a menudo, por su relación calidad/precio resultan ser compras maestras. Y los análisis a los que se las someten son los mismos.
Por eso me parece radicalmente injusto que se pretenda extender, sin más, el bulo de que "marca blanca" es sinónimo de mala calidad, lo contrario de lo que se presume de las otras. Es hora de reivindicar que no podemos, en puridad, hablar de marcas blancas, que las marcas blancas no existen. Que los distribuidores nombran como quieren sus productos y que esos son los nombres de las marcas. Pero eso no las ubica en el grupo de los de mala calidad. Y que los distribuidores son los primeros interesados en fijar estándares de calidad exigentes. Porque lo que está claro es que los distribuidores se juegan sus nombres de cabecera.
Aunque no siempre esos estándares los hagan merecer el galardón máximo de "mejor del análisis" lo cierto es que en muchas ocasiones sin tienen una muy buena relación calidad/precio y rara vez los vemos en la cola de los peores productos.
Y es por eso por lo que hoy quiero reivindicar una realidad incuestionable. Si eres marquista poco o nada tengo que decirte; no cabe duda de que estás en tu derecho. Pero esa opción no puede presuponer que los que no están sujetos a una determinada marca son ingenuos porque no saben lo que hacen o miran excesivamente los euros. La experiencia dice, muy a menudo, que no es así.
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