Esta situación parece estar a punto de resolverse, ya que un grupo de investigadores del Centro para la Adicción y Salud Mental de Toronto han hallado un compuesto de proteínas que inhibe una interacción de neurotransmisores que producen el efecto de «querer fumar»,
Fang Liu, líder de la investigación señala en una nota de prensa que cuando una persona tiene una larga exposición a la nicotina se produce un efecto que hace que dos neurotransmisores receptores empiecen a interactuar en el cerebro y este compuesto previene esta interacción.
Los investigadores señalan en el estudio, que hasta ahora no hay disponible productos para ayudar a mantenerse sin fumar después de las 52 semanas de haber dejado el último cigarrillo. Y que tampoco hay medicamentos que afecten directamente en el proceso de recaída.
«Nuestros resultados pueden proporcionar una nueva diana terapéutica para el desarrollo de medicamentos para la prevención de la recaída nicotina», reza el documento.
Hasta ahora, el complejo sólo se ha probado en ratas ex adictas al tabaco que atravesaban por el síndrome de abstinencia, pero se tiene la esperanza de que funcione de la misma manera en los seres humanos y así reducir las recaídas en personas que han dejado de fumar o masticar tabaco.
Según los últimos datos de las Sociedad Española de Cardiología, en el tabaco es la causa de una de cada siete muertes en mayores de 35 años en España.
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