Comienzan a surgir las primeras contradicciones en torno a la avalancha en el pabellón Madrid Arena durante una macrofiesta de Halloween que este jueves causó la muerte de tres jóvenes.
La empresa del Ayuntamiento encargada de gestionar el pabellón, Madrid Espacios y Congresos (MEC), tardó apenas unas horas en publicar un comunicado en el que se exculpaba de lo sucedido y aseguraba que según la compañía Diviertt, que alquiló el pabellón y organizó la macrofiesta, “no hubo exceso de aforo en el recinto".El mismo vicealcalde de Madrid, Miguel Ángel Villanueva, también se apresuraba a aclarar que para el concierto Thriller Music Park sólo se habían vendido 9.650 entradas, cuando el aforo del lugar es de 10.600 personas.
Pero Diviertt, sin embargo, se ha encargado de difundir otra información. Esta empresa informó al Ayuntamiento, tal y como puede verse en un documento (ver más abajo) de que el número de asistentes a la Thriller Music Park sería de "7.000 personas aproximadamente".
"Nunca hemos visto el Madrid Arena como lo vimos esa noche. No sabíamos qué hacer cuando estaban entrando los chavales. Se nos vino el mundo encima", admitió.
Algunos jóvenes que asistieron al concierto indicaron el jueves que un dj’ anunció al principio de la fiesta que los asistentes eran “más de 15.000”.
Menores en la fiesta
Además de las tres jóvenes que fallecieron en una avalancha de gente que intentaba salir del pabellón, hubo otras dos chicas que resultaron gravemente heridas. Una de ellas, Belén L. R., tiene 17 años, y según el parte médico, "estuvo en parada cardiorrespiratoria media hora y su estado es muy crítico". ACTUALIZACIÓN: Belén ha fallecido hace unas horas.
Este jueves también hubo testimonios que confirman que los jóvenes pudieron entrar al pabellón sin que se les pidiera un documento de identidad. El juez decano de Madrid, José Luis González Armengol, ha explicado que el número de personas presentes en la fiesta por metro cuadrado se puede comprobar mediante el análisis de los vídeos y fotografías difundidos.
El magistrado ha señalado que será necesario estudiar por qué se ha permitido la entrada a menores cuando no estaba permitido y por qué se ha introducido alcohol y bengalas en mochilas cuando estaba prohibido.
Según han explicado dos jóvenes a la agencia Efe, durante la avalancha que se originó en uno de los túneles de salida pudieron ver hasta "cinco pisos" de personas amontonadas, que gritaban desesperadas y que se agarraban a sus manos y a sus pies. Javier, de 19 años, y Guillermo, de 20, cuentan que uno, agarrado a ellos, les gritaba: "No me sueltes que me estoy muriendo".
Los jóvenes están sorprendidos de que en ningún momento se decidiera suspender el concierto, pese a que ya se había producido la avalancha. Según explicó después la policía, los últimos jóvenes salieron del pabellón a las 6:50 de la madrugada, pese a que el aplastamiento se había producido en torno a las 04:00, porque intentaron no causar pánico y tratar de que la gente saliera poco a poco del recinto.
Ellos habían adquirido la entrada con antelación y habían pagado 33,80 euros por cada una, aunque luego en la reventa llegó a costar 54 euros, han señalado. Al igual que otros testigos, ha confirmado que no se pedía identificación, ni se registraban bolsos o mochilas.
Uno de los primeros testimonios, de una joven llamada Sandra, explicaba que en el pabellón se formó “tapón humano en la única salida” que había “porque las demás estaban precintadas para que por allí no saliera nadie”, relató una de las testigos, una joven llamada Sandra, a la Cadena Ser.
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