Pone a la venta sus órganos para evitar que su ex pareja la desahucie



"Vendo uno de mis riñones por amenaza de desahucio", reza el anuncio publicado en internet por M., una mujer de 44 años cuya identidad no será revelada por este periódico a petición de la propia protagonista. Una vida rota por un matrimonio que ella misma califica de "terror" la ha llevado a una situación tan desesperada como para poner a la venta no sólo uno sino todos los órganos no vitales de su cuerpo. "Es lo único que tengo", dice angustiada.
Hace unas semanas recibió una orden de desahucio que las dejará sin techo a ella y a su hija de 22 años, que sigue estudiando. Quien reclama la vivienda no es un banco, sino la ex pareja de M., propietario del inmueble en el que viven las dos mujeres. Es el último capítulo de una historia que se prolonga durante 18 años. El "infierno" llevó a M. a interponer una denuncia cuando por malos tratos cuando ya no podía más, pero el juez absolvió a su ex pareja. Los casi tres años que lleva separada dice que "son aún peores".
No va de farol
Ha contactado con una doctora de Melilla que la está ayudando a gestionar las posibles demandas que puedan surgir y la extracción de las partes que vaya a vender. Todavía no ha recibido ninguna oferta, el anuncio sólo lleva colgado en internet dos semanas, pero M. aceptaría lo que le dieran. "Ni siquiera me he parado a pensar cuánto voy a pedir", asegura.
Ella y su hija viven con los 426 euros que cobra del Programa de Renta Activa de Inserción y de una pensión de orfandad que tiene su hija, al haber fallecido su padre biológico. "Sólo quiero un lugar dónde vivir y un trabajo que pueda desempeñar". A pesar de su juventud, M. tiene certificado un 66% de invalidez, por una lesión de espalda. Sólo busca soluciones a la vida de su hija, porque la suya, afirma, "ya no le importa nada".
Tras contactar con las administraciones públicas para exponer su situación, los representantes del Ayuntamiento mostraron su voluntad de encontrar una solución, pero de momento sólo le pueden ofrecer una vivienda en alquiler, por la que tendría que pagar una pequeña renta. Con 426 euros, incluso un alquiler de 50 se convierte en un gran esfuerzo. Cuando M. expuso que había puesto a la venta sus órganos, lejos de disuadirla, los asesores respondieron: "usted es libre de llegar hasta donde quiera llegar con su vida".
Hasta 12 años de cárcel
La protagonista de esta historia podría enfrentarse hasta 12 años de cárcel si finalmente lleva a cabo su propósito de vender parte de sus órganos vitales. El Código Penal introdujo en 2009 una reforma para establecer como delito el tráfico ilegal de órganos humanos.
Desde la Organización Nacional de Transplantes advierten que en España es prácticamente imposible realizar una extracción de un órgano y un posterior transplante sin que las autoridades competentes tengan conocimiento de ello.
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